Estoy cansado de
bares, de besos sin nombre, de no ver al amor entre tantos amores. Cansado de
amantes de temporada y caricias aceleradas. Hablo de esas noches que dejan el
cadáver de la pasión al amanecer y el arrepentimiento del día siguiente cuando
la vida no huele a Chanel sino a despojos y desencanto. Es así. Tú ya no serás
tan bonita como anoche y quizá ni esperes que me despida con un te-llamaré. La
belleza pasará de largo y no dejará huella el paso de su cuello por mi
almohada. Ni una huella visible quedará de esas noches en que duermes
acompañado pero solo, con alguien pero solo. Eso sábados dejarán como única
herencia heridas invisibles. Y suele pasar que al día siguiente cuando ella ya
no está te ves queriendo huir pero sin saber de qué y entonces lo entiendes:
ningún viaje fugaz entre unas piernas puede darte eso que buscas. Si. Es
entonces cuando realmente lo entiendes: el amor consiste en una
‘cara’ donde quedarse a vivir.
Hace 4 meses