
Dar paso a esas alegrías que vienen cada tanto y nos sacan una mueca, no es ser felices. Entendí que buscar ese consuelo en brazos ajenos, solo nos templa una tarde en que hace frío. Pero la magia de la confusión comenzó a desgastarme, conflictos internos acarrea mi ser, paseando por la vereda con la sonrisa pintada. Trato de entenderme cada noche, de conversar con esa voz que muchas veces te dice lo que no quieres oír, busco respuestas, indago en las preguntas y siempre termino viendo tu cara. Sea apenas despierto o antes de dormir. Que inoportuna es siempre tu presencia. Sabes que soy vulnerable a tus palabras, sabes que un roce sutil puede destruir todo el pasado que reconstruí, escalón por escalón para ser hoy quien soy y echarte al olvido, sin culpa.
No aparezcas otra vez, o esfúmate si ya te has marchado. Vete a donde a siempre estuviste, oculto para que no pueda verte. Dile a tu sombra que no persiga mis sueños, y al umbral de tus palabras bonitas que marchen a otro oído dispuesto a escuchar.
Que ironía creer que debes marcharte, cuando nunca has estado. Que absurdo es pensar en alejarte cuando sólo estás en recuerdos. Cómo cuesta aceptar que soy yo la única responsable de traerte a esta historia, la única culpable por amarte tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario